EN CONSTRUCCIÓN
La construcción del Palacio se llevó a cabo, según algunos autores, sobre un edificio preexistente sobre el que Ventura Rodríguez establece una composición arquitectónica en la que prima la horizontalidad.
El edificio se configura en una sola ala creando un largo y estrecho rectángulo con dos crujías. Debido al desnivel producido por el terreno en el que se ubica toda la construcción, nos encontramos con una fachada noroeste, que da al jardín, y en donde estaría ubicada la parte noble del Palacio, compuesta por cuatro plantas, mientras que la fachada suroeste, que sin embargo da al exterior del conjunto palaciego y que podemos considerar como fachada principal del edificio, se encuentra compuesta por tres plantas. A los lados de la fachada destacan dos torres, una alberga la cúpula de la bellísima capilla y la otra el hueco de la escalera, consiguiendo de esta forma la uniformidad de la fachada. Se completa la composición del edificio con dos pequeños cuerpos laterales de una sola planta que sirven a modo de terraza a las habitaciones de los extremos. El cuerpo central del edificio aparece ligeramente retranqueado con respecto a los lados lo que crea un esquema tripartito en la edificación que se evidencia en la decoración de las fachadas.
La decoración del conjunto está caracterizada por la sobriedad y difiere de una fachada a otra. En la fachada principal encontramos tres puertas, la de entrada al edificio es la central, precedida de una ligera escalinata y enmarcada por dos parejas de columnas toscanas que soportan una balconada con una ventana coronada por un frontón semicircular sustentado por una pareja de columnas jónicas. Las otras dos puertas de decoración más sencilla, se encuentran enmarcadas por pilastras y presentan frontón triangular, dan acceso a la capilla, la de la derecha, y a una zona de servicio del Palacio, la de la izquierda. La fachada del jardín sin embargo presenta una sola entrada, si cabe, más monumental que la de la fachada principal ya que está enmarcada por un almohadillado y es precedida de una ligera escalinata, pero de mayores dimensiones que la de la fachada principal, enmarcada por una pareja de columnas toscanas descansando en entablamento y balconada sobre la que se apoya un frontón partido triangular. Todo el edificio aparece recorrido por una gran cornisa de entablamento dórico jalonado por ornamentos como escudos o jarrones.
El Palacio destaca por su serenidad y armonía conseguidas por la alternancia en la fachada de una serie de vanos, divididos por pilastras siguiendo la misma disposición que el Palacio Real, creando así una cadencia rítmica en todo el conjunto. El material usado para la construcción también sirve de elemento decorativo del conjunto.
El interior del Palacio se distingue por sus innumerables habitaciones. Al entrar por la fachada principal nos encontramos en la planta baja con un vestíbulo transversal, un corredor a la derecha nos conduce hacia la capilla y tres salas abovedadas, mientras a la izquierda nos encontramos la escalera principal que nos sube a la planta noble y al semisótano.
La capilla es uno de los elementos más destacados del conjunto, los historiadores coinciden en la belleza de ésta y la relacionan con el proyecto para la capilla del Palacio Real de Sachetti en dónde participó Ventura Rodríguez. La capilla ocupa la altura total del edificio manifestándose al exterior en uno de los torreones cuadrangulares. Se trata de una estructura centralizada, de planta de cruz griega con brazos absidiales y cúpula sobre pechinas decorada con casetones en disminución con roleos en su parte central. Se caracteriza por el uso de grandes pilastras corintias y toda una decoración hecha a base de mármoles y estucos, frente al altar se encuentra una tribuna de madera con ornatos en bronce que parece pertenecer a las habitaciones del Infante desde las cuáles podría divisar la capilla. En la capilla se encuentran enterradas las dos hijas del Infante: María Teresa (Condesa de Chinchón) y Carlota (Duquesa de San Fernando) junto a su esposo, en sendos sepulcros diseñados por Valeriano Salvatierra y Antonio Solá respectivamente. La capilla tiene también acceso directo desde el exterior a través de una de las puertas laterales de la fachada principal, lo que nos hace pensar en el uso público de la misma.
En la planta semisótano destaca la cocina, el salón de historia y algunas habitaciones de servicio, así como dos escaleras de servicio, una en cada extremo, que recorren en altura la totalidad del edificio, en esta planta encontramos también la conexión con los dos cuerpos laterales del Palacio. La cocina fue hecha a doble altura y con techo abovedado, destaca su gran campana y la encimera que ocupa dos lados de la habitación hecha de obra, todo el perímetro aparece recorrido con unos azulejos en los que se representan diferentes escenas del Quijote hechas en cerámica polícroma cuyo centro de producción nos es desconocido. Al lado de la cocina encontramos una pequeña estancia en la que se encuentra una pila de granito hecha de una sola pieza. La sala de la historia o salón de historia tiene igualmente doble altura y da directamente al jardín, su uso pudo ser el de salón de recibir y lugar de conciertos, a su lado encontramos una sala más pequeña, de probable uso como comedor por su cercanía a la cocina. En esta planta, pero accesible desde los jardines, encontramos también una bodega que conserva nueve tinajas originales de gran tamaño.
A la planta noble se accede desde la planta baja a través de las escalera principal que finalizaba en un gran vestíbulo, denominado en los planos antiguos como salón de guardias, en él se encuentra el balcón principal que da encima de la puerta de entrada al Palacio, del vestíbulo se pasa a tres grandes salones dispuestos en enfilada con vistas a los jardines denominados como pieza para comer, sala de en medio y la pieza de aparador. A la derecha encontramos el hueco correspondiente a la capilla, la escalera de servicio de esta zona y una serie de estancias que rodean el perímetro de la capilla y se abren hacia los jardines, de entre ellas tres podrían haber formado parte de las habitaciones del Infante compuesta por un dormitorio y dos gabinetes, uno comunicado con una pequeña pieza denominada “retrete” y el otro comunicado por unos pasillos que dan paso a la escalera secreta y a la tribuna sobre la capilla que permitía oír la misa desde las propias estancias del Infante. En el lado opuesto destaca la habitación de la Condesa, llamada así porque en ella se alojaba la Condesa de Chinchón, hija del Infante Don Luis, cuando venía a Boadilla. La habitación en un origen se conocía como “salón grande”, es de planta semicircular con decoración pompeyana en techos y paredes hechas en papel pintado y dos columnas de madera con decoración dorada en los capiteles que dividen la estancia.
Por encima de esta planta encontramos una cuarta planta con una serie de habitaciones que debieron de usarse para el servicio, aunque hoy en día encontramos una zona totalmente diáfana ya que en esta planta se dispusieron las habitaciones de las niñas durante la época de uso del Palacio por el Auxilio Social y no se volvieron a levantar los tabiques.